domingo, 15 de noviembre de 2015

CULTURA EMPRESARIAL

CLAVES PARA TENER UN LOGO VENDEDOR

Algunas grandes marcas demuestran que tener una identidad protagónica no sólo es cuestión de dinero, sino de una buena ejecución de ideas.


El color es una de las características más importantes que conforman la identidad de una marca. “Es uno de los grandes identificadores y diferenciadores”, dice Pep Palau, director general de Ideograma Consultores, despacho especializado en desarrollo de identidades corporativas.
Una identidad representa lo que una organización o marca es y un logotipo equivale a un resumen ejecutivo, en términos visuales, de todo lo que la marca significa. Existen tonalidades que permiten identificarse con facilidad, pero diferenciarse con dificultad frente a una audiencia. Tal es el caso del azul: entre 50 y 60% de los logotipos en el mundo son de este color.
Si buscas que tu marca tenga un papel poco protagónico y que quede bien con todo el mundo, es probable que un logo azul le quede bien. Sucede algo similar cuando uno usa un traje para caballero. Si optas por un azul o negro, simplemente te verás bien en ese color, aunque no generarás ningún tipo de comentario. En cambio, “cómprate un saco verde, rojo o rosa, y sin duda todos van a voltear a verte en una fiesta”, dice el especialista.
Otro color muy popular para crear una identidad de marca es el rojo. Éste se destaca con facilidad en el entorno porque rara vez se presenta en la naturaleza. El ojo está entrenado para reconocerlo y ponernos en alerta porque se asocia a situaciones de peligro: es el tono de la sangre. Además, al usar offset –la tecnología de impresión más popular– el rojo se ve bien siempre y contrasta adecuadamente con el blanco y el negro.
Hay, por otro lado, colores transgresores. Estos son más adecuados para lograr diferenciarse ante el consumidor. Por ejemplo: morados, amarillos y rosas. Toma en cuenta, no obstante, que todos ellos implican problemas con los fondos. Un amarillo, por citar un caso, contrasta muy bien con el negro, pero muy mal con el blanco. Igualmente, junto con los verdes y naranjas fosforescentes, las tonalidades más alternativas tienen un desempeño pobre cuando se reproducen en offset.
Cualquiera que sea el color que elijas, mantente fiel a él. Con el tiempo, las organizaciones sienten la tentación de cambiarlo; sin embargo, no hay que tomar esa decisión a la ligera “porque tus clientes o tu audiencia no están hartos de tu color”, advierte Palau.
Hay casos, claro está, cuyos logos sí ameritan modificaciones. Pepsi, por ejemplo, pasó de ser un imitador de Coca-Cola a tener vida propia. Un cambio admirable, en opinión del experto. Por otro lado, también es destacable la occidentalización de la imagen de Canon a través de un logo muy bien resuelto que sigue vigente en su forma actual después de casi seis décadas.



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