¿No sabes a dónde se va tu dinero? Te decimos cómo puedes organizarlo para sacarle el máximo provecho.
En algún momento todos nos hemos hecho la misma pregunta “¿En qué gasté mi dinero?”
Esto no solo solía sucederme a menudo, también le pasaba a las personas con las que me rodeaba. Un día decidí tomar acciones al respecto de mis finanzas para tener el control de mi dinero.
Tiempo después – tras incontables horas dando consultas a clientes- identifique que la mayoría de ellos no tenían un sistema de organización de sus finanzas que les ayudará crear una base saludable para el manejo de su dinero en el día a día. Fue ahí cuando desarrollé estos tres pasos y medio para el éxito financiero.
Esta metodología se trata de dividir tus ingresos en tres grandes partidas que vivirán en cuentas bancarias diferentes. Cada una te permitirá ir cumpliendo tus objetivos financieros de corto, mediano y largo plazo sin sacrificar esos pequeños gustos que todos necesitamos darnos.
Paso 1: Ahorro – El largo plazo
Al recibir cualquier ingreso destina al menos entre el 10 y 20 por ciento del mismo a una cuenta de retiro. Esta cuenta debe de llevar ciertas especificaciones para que el dinero logre llegar a su meta, es decir ¡tu edad de retiro!
Según Banamex, tan solo el 14 por ciento de los mexicanos ahorra y, peor aún, el 96 por ciento de las personas no se informa de las características de los diversos productos financieros que adquiere. Las tendencias mundiales muestran que entre los jóvenes entre 15 y 24 años de edad hay hasta 33 por ciento menos probabilidades de tener una cuenta en el banco y 40 por ciento menos posibilidades de contar con un ahorro formal (Banco Mundial, Global Findex, 2012).
El ahorro no es una cuestión que debe hacerse solo si aumentamos ingresos, debe tomarse como un hábito, independientemente del nivel de entradas de dinero que tengas. Cuanto antes comiences mejor, ya que aprovechas lo que se conoce como interés compuesto, un mecanismo financiero que ayuda que tu dinero se multiplique (próximamente hablaremos de este tema).
Este dinero es para tu retiro y no deberás tocarlo bajo ningún concepto. Recuerda que le estarás haciendo un gran favor a tu “Yo del futuro”. Cuida ese viejito que llevas adentro y ¡quítale estrés!
Paso 2: Gastos Fijos – Lo Esencial
Todos aquellos pagos recurrentes como súper, agua, gas, luz, celular, tarjetas de crédito, etcétera, son gastos fijos. Para saber cuáles gastos van esta partida y cuáles no son tan necesarios solo deberás preguntarte “¿Si no hiciera este gasto este mes perjudicaría mi calidad de vida?”.
Un rango sano para esta partida es que no rebase el 50 por ciento de tus ingresos.
Tip: haz una lista de todos los gatos en los que incurres mes a mes, identifica cuáles son fijos, suma su total mensual, haz un presupuesto y mantente firme en respetarlo. Si está por encima del 50 por ciento, identifica en dónde puedes lograr ahorros y baja tu nivel de gasto mensual.
Paso 3: Gustos – El día a día
Los gustos son todos aquellos desembolsos que hacen que nuestra vida sea más disfrutable y cómoda, pero que realmente no necesitamos. Esta partida será la última a donde deberás destinar parte de tus ingresos y solo aquello que sobre. Generalmente es de alrededor del 15 por ciento de tus entradas de dinero. Si hay algún gusto para el que no te alcance y estás pensando en tomar dinero de otras partidas, te recomiendo que no lo hagas. Es mejor que pienses en generar ingresos adicionales o pausar ese gustito para un momento futuro.
"Medio" paso: ¡el que hace la diferencia!
Todos sabemos que no podemos prevenir todo lo que nos sucede en la vida, desde tener que llevar tu automóvil al taller, hipotecar tu casa, hasta un despido o una enfermedad no prevista.
Estas situaciones pueden ser económicamente devastadoras si no estamos preparados para sobrellevarlas. Para ello, el último paso o partida es la del fondo de emergencia y seguros. A esta parte le llamo el Medio ya que es la forma de conseguir tranquilidad y paz financiera.
Aquí se debe destinar el 15 por ciento de nuestros ingresos para un fondo emergencia y para el pago de seguros de gastos médicos mayores y menores. Al igual que la partida de ahorro (retiro), no deberás tocar este dinero a menos que realmente se trate de una emergencia.
En resumen
1. Divide tu ingreso por partida (Ahorro, Gastos fijos, Gustos y Emergencia)
2. Cada partida debe estar en una cuenta bancaria independiente.
3. Respeta los porcentajes de cada cuenta e intenta destinar más ingresos a las cuentas de Ahorro y de Emergencia.
4. Automatiza tu ahorro